Sobre plagas, pestes, contagios y epidemias: lo que emerge durante las emergencias
La historia de las cuarentenas data del siglo 14, cuando Venecia en la Edad Media protegĆa sus puertos deteniendo a los barcos que llegaban de regiones con epidemias. Los barcos debĆan anclarse por cuarenta dĆas antes del desembarque; de ahĆ la palabra italiana, quaranta giorni. Sin embargo el concepto de aislamiento data desde la Ć©poca bĆblica; el libro de VaikrĆ”(LevĆtico 13:54) explica cómo se debe de separar a los enfermos de lepra. Durante la Antigua Grecia, Hipócrates propuso los distanciamientos en sus escritos, incluso fue el primero en usar la palabra āepidemiaā (del griego epi, encima; demos, pueblo; y logos, estudio); es decir ālo que estĆ” sobre las poblacionesā. AsĆ que la frase que escuchamos hoy en dĆa de forma cotidiana, ādistanciamiento socialā, no es un invento moderno; sino una medida fundamental a la que se ha recurrido a lo largo de los tiempos para alentar el esparcimiento de una enfermedad.
Ahora que muchos estamos guardados en casa, cumpliendo con nuestro deber cĆvico, podemos inspirarnos de otros que durante periodos similares lograron trascender. Cuenta la historia que en julio de 1606, cuando la epidemia de plaga bubónica invadió Londres, la compaƱĆa de teatro de William Shakespeare tuvo que cesar sus funciones. Algunos coinciden en que el autor inglĆ©s escribió āKing Learā y āMacbethā mientras estaba en cuarentena por esta epidemia.
De forma similar, unos aƱos despuĆ©s, cuando el joven Isaac Newton tenĆa 20 aƱos, describió las tres leyes de movimiento mientras se aislaba de una epidemia tambiĆ©n de plaga bubónica. En 1665, Cambridge mandó a todos sus estudiantes a casa como medida de contención; fue cuando Newton jugando con unos prismas en su cuarto describió sus teorĆas de óptica y sentado en la pradera de Woolsthorpe vio la famosa manzana caer de un Ć”rbol.
A travĆ©s de la historia las epidemias han marcado a las sociedades. Sin embargo no fue sino hasta el siglo 19 que cambió por completo la forma en que tratamos las epidemias gracias al brillante descubrimiento del doctor John Snow, ahora conocido como el padre de la epidemiologĆa. Antes pensaban que el mal olor del drenaje hacĆa que una persona cayera enferma de cólera. Sin embargo Snow entendió, y luego demostró, que lo que hacĆa que alguien se enfermara era el contacto directo con una fuente contaminada. Snow hizo sus observaciones durante el brote de cólera en Londres de 1854. Trazó un mapa de la ciudad e identificó que todos sus pacientes residĆan en las viviendas que recibĆan agua del pozo de la calle Broad. Una conclusión brillante. Cuando John Snow habló con las autoridades de la ciudad e interrumpió el uso del pozo logró finalmente detener la epidemia. Gracias a Ć©l el abasto de agua fue corregido ahĆ y en varias ciudades, cambiando el destino de miles. Hoy, en la calle de Broad Street, Londres, hay un pequeƱo monumento en el lugar donde alguna vez se ubicaba el pozo.
Ahora, en el siglo 21, en que la humanidad se enfrenta a la pandemia de COVID-19, los tiempos nos obligan a familiarizarnos con algunos conceptos de la ciencia que estudia este fenómeno: la epidemiologĆa, que es la rama de la salud pĆŗblica que tiene como propósito investigar la distribución, frecuencia y determinantes de la salud en poblaciones humanas asĆ como las modalidades y el impacto de las respuestas sociales. Todos hablan del paciente cero (o primero en presentar la enfermedad), en Ro (la tasa de contagio), en aplanar la curva (disminuir la velocidad de contagio) o en la diferencia entre una pandemia (presente en todo el mundo) y una epidemia (contagio a nivel regional).
Un texto que recibĆ hace unos dĆas del colegio de mis hijos habla de la situación de emergencia en que estamos viviendo, y de cómo dentro de esta palabra existe el concepto de āemergerā. Tal cual esta situación nos da ejemplos de cómo instituciones y corporaciones estĆ”n emergiendo con ejemplos extraordinarios. Entre ellos menciono algunos. La compaƱĆa espaƱola Inditex, dueƱa de Zara, esta usando su fuerza productiva y logĆstica para manufacturar y distribuir tapabocas y vestimenta mĆ©dica. Gran BretaƱa pidió a Ford y Dyson que contribuyan a la elaboración de material mĆ©dico. General Motors y Tesla estĆ”n dispuestos a frenar su producción automotriz e integrar a sus lĆneas la elaboración de ventiladores para poder responder a la posible sobredemanda en Estados Unidos; recordando a las fĆ”bricas de Detroit que bajo el pedido del Presidente Roosvelt suspendieron la elaboración de coches para hacer tanques durante la Segunda Guerra Mundial. Empresas cerveceras y destilerĆas en distintos paĆses estĆ”n adaptando sus equipos para la elaboración de gel antibacterial, entre ellas Ambev en Brasil y Brewdog en Escocia. La ocasión amerita el nivel de compromiso con la sociedad.
A nivel personal, en que nuestro derecho de agrupación y libertad de traslado se ha visto mitigado, surge la reflexión sobre quĆ© tan importantes son esos traslados, antes fundamentales, a reuniones, que hoy se pueden dar con Ć©xito a travĆ©s de plataformas cibernĆ©ticas. Somos testigos de las consecuencias en la disminución en la actividad humana. Desde el espacio, mediciones de emisiones de gases efecto invernadero, principalmente en China e Italia, muestran que esta pandemia ha beneficiado en ese sentido al medio ambiente. Claro que el mundo, espero pronto, regrese a la ānormalidadā; pero mientras tanto podemos hacer un cuestionamiento sobre lo que es realmente imprescindible y no. Es un momento que tambiĆ©n sirve de introspección. Hace muchos aƱos que los canales de Venecia no lucĆan con el agua tan cristalina que peces y cisnes han vuelto a habitarlos. Bloomberg llama a esta medida DOMO (data on missing out) la información que resulta por no hacer. SerĆ” un indicador interesante.
Durante esta cuarentena, voluntaria u obligada, te invito a reconectarte con los tuyos, mirar con perspectiva éste momento histórico que marcarÔ sin duda el paso del ser humano por el mundo, a cuidar de tu salud, valorar lo que realmente es importante y apoyar a nuestros médicos y enfermeras quedÔndote en casa; aislÔndote. QuizÔs este periodo disruptivo engendrarÔ la oportunidad para nuevos héroes; los próximos Shakespeare y Newton del siglo 21.