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Antes de hacer ejercicio lee las letras chiquitas: rabdomiolisis

Si una de tus resoluciones para el comienzo de este año es ponerte en forma debes saber que no siempre hacer más es mejor, sino hacer cada día un poco más es la solución; la clave es gradualmente agarrar buena condición. “Roma no se construyó en un día.” La moda actual de llevar instantáneamente al cuerpo al extremo no necesariamente resulta ser una estrategia sana; no te confíes, podría ponerte en peligro. Así que antes de lanzarte a tu primera clase de SoulCycle, P90X, Spinning, FlyWheel, CrossFit y similares, te invito a conocer a rhabdo.


Recientemente, los doctores han reportado un aumento considerable de gente joven y atlética que comienza, por vez primera, entrenamientos nuevos al estilo boot-camp; de alto rendimiento, intensa demanda y mucha competitividad que un poco después de la sesión sienten que no pueden ni moverse, presentan un dolor muscular particularmente intenso que se acompaña generalmente con orina de color café. El dolor y la inmovilidad es tal que los hace ir al hospital con una condición conocida como rabdomiolisis; literalmente “ruptura de los músculos”. Existen varias causas que detonan esta enfermedad pero una de ellas, y la que actualmente ha ocasionado un incremento en casos, es el ejercicio extremo en personas que no habían practicado antes ese tipo de deporte. La prognosis es buena si se detecta a tiempo y se hidrata al cuerpo con suficientes líquidos, pero si no se diagnostica prematuramente puede llegar a tener complicaciones importantes, incluso en algunos casos podría ser fatal.


Greg Glassman, fundador de Cross Fit, advirtió a los miembros de sus gimnasios en 2005 que había notado la ocurrencia de rabdomiolisis en cross-fitters principiantes; al someterlos por vez primera a un entrenamiento estilo militar, que pone a prueba su resistencia física y mental. Casi como si estuvieran preparándose para ser gladiadores.

El mayor riesgo de la rabdomiolisis, o rhabdo, como se le dice coloquialmente en Estados Unidos, es que los pacientes no tratados a tiempo pueden llegar a tener insuficiencia renal. En muchos casos, los pacientes deben hospitalizarse para hidratarlos correctamente con suero intravenoso; sin embargo, si éste no es suficiente para limpiar los riñones podría requerirse diálisis.


Incluso, el American Journal of Medicine, reportó un incremento en casos de rhabdo en pacientes que habían probado una primera clase de Spinning. Ante esta creciente tendencia, la página oficial de la franquicia añadió en abril de 2018 un texto informando que “una actitud irresponsable hacia el ejercicio de bicicleta interior puede tener serias consecuencias en los nuevos ciclistas”, y sugiere prevenir esta condición siendo prudente, hidratándose correctamente, controlando la temperatura ambiente del salón, e ir subiendo la intensidad del ejercicio de forma gradual, a lo largo de varias sesiones. Estas recomendaciones son para todos los principiantes, incluyendo a los que habitualmente practican otros deportes pero incursionan por vez inicial en el Spinning. El riesgo surge al cambiar de actividad y usar músculos que habitualmente no son los ejercitados.


A pesar de que este síndrome clínico y bioquímico puede ser ocasionado por diversos factores como el abuso de alcohol, fármacos, quemaduras, aplastamientos del músculo en accidentes, infecciones musculares, enfermedades autoinmunes, elementos genéticos y el ejercicio extremo; los síntomas, sin importar la causa son los mismos. Es importante estar atentos a ellos para poder reconocerlos a tiempo y prevenir las complicaciones renales. Éstos son: debilidad muscular, taquicardia, fiebre, malestar general, orina café por la presencia de mioglobina que se desprende del músculo lastimado, y de la enzima creatina quinasa en sangre que es liberada cuando las células de músculo se van desintegrando.

En un estudio realizado en 2012 por el ejercito de Estados Unidos, 400 soldados presentaron esta condición por haber participado en entrenamientos extremos. Esta enfermedad, es también común entre bomberos expuestos a quemaduras, trabajo extenuante y cargas pesadas. De hecho, en 1988, el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos reportó una epidemia de rabdomiolisis entre candidatos a puestos del Departamento de Bomberos de Nueva York que se habían sometido a pruebas vigorosas. Ante esta situación, se tuvieron que modificar los exámenes estatales de admisión para la Academia de Bomberos.


En conclusión, lograr tener un cuerpo como Charles Atlas sí puede ser uno de tus deseos para este principio de año. Pero la cuestión radica en cómo lo vas a lograr. Tenemos todos que hacer ejercicio de forma habitual para mantener una vida sana, pero quizás no debamos de pronto entrenarnos retando nuestros propios limites; como si fuéramos a protagonizar hoy mismo la siguiente película de súper héroes y de nosotros dependiera la supervivencia del Planeta Tierra.


Ya que leíste y entendiste las letras chiquitas del contrato que asumes al hacer ejercicio; inscríbete al gimnasio, ajústate los cleats, ponte los tenis y ahora sí; firma tu compromiso para hacerlo día con día, a quemar calorías, a hidratarse, poco a poco, a entrenase... Vamos.

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