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Excelente simbiosis: nos fascinan los JARDINES y somos mejores con la CIENCIA

Sobre los jardines de ciencia glocales en Milenio Hidalgo:


Difícil remontarnos a una infancia que no incluya ese espacio habitualmente feliz al que denominamos jardín; que cuando pensamos en él imaginamos forzosamente el aire libre, las risas entorno al juego y la convivencia que se vuelve atemporal con los amigos conocidos y cómplices por conocer. Así, con sus características particulares, los jardines son espacios maravillosos que de forma natural promueven la creatividad, que invitan a explorar libremente un lugar que disfrutan como propio.


Los niños y las niñas son expertos en el arte del juego, qué maravilla que puedan experimentar el placer del conocimiento, de la experiencia a través de los sentidos, motivar la observación, promover la lógica y la causalidad en un espacio cautelosamente creado y minuciosamente curado. Me refiero a los jardines de ciencia glocales, a los museos al aire libre que ofrecen y refuerzan conceptos universales de matemáticas, física, química, biología, arte y geografía, a través de elementos interactivos, escultóricos y estéticamente diseñados que integran ideas surgidas del patrimonio cultural local.


Estos singulares espacios que conjugan el acercamiento a la ciencia de forma incluyente, democratizadora, fortaleciendo el tejido social y la herencia cultural regional son los que inspiraron el compromiso del maestro Alonso Huerta Cruz, director general del CITNOVA, a tener la iniciativa para elaborar y presentar a los hidalguenses el recién inaugurado Jardín de Ciencias Hortus, el primer museo completamente al aire libre público en México.


Al estar en la intemperie, el Jardín de Ciencias Hortus aprovecha elementos naturales para el funcionamiento de algunas de sus exhibiciones. La luz solar ilumina el Globo Terráqueo y junto con una cortina de agua crea el Arcoíris Circular; el viento transporta el sonido entre los parabólicos Espejos Sonoros y mueve las aspas del Viento con Pipas que trata sobre la conservación de la energía y recuerda la leyenda de La Bella Airosa. Pero también, se hace alusión a los prismas basálticos de San Miguel Regla en el Anfiteatro Teselado, se miran las formaciones rocosas de Los Frailes con el Periscopio que parece un Atlante de Tula, se comprende la Ley de Planck con la Flor de Colores en forma de tenangos, se logra apropiación del proyecto del sincrotrón en el Frisbee Imantado y se resalta el descubrimiento del vanadio en las minas de Zimapán con el Elemento 23. De esta forma, se recorre el Jardín de Ciencias Hortus observando la propagación de las ondas transversales en la Máquina de Ondas, jugando entre varios trepados al Sube y Baja, invitando a la reflexión con la Competencia de Ruedas, ejerciendo destreza en los Balines Centrífugos, y finalmente, admirando la Yuca, planta endémica local que provee de cierta sombra al agradable espacio abierto.

La ciencia es un derecho, es parte integral de la cultura; hagámosla accesible para que más personas enriquezcan sus vidas con las virtudes de sus métodos, los beneficios de sus hallazgos y lo fascinante de sus conceptos. La ciencia promueve el desarrollo de las sociedades, empecemos con sus miembros más pequeños, invitándolos a explorar más jardines de ciencia glocales; estos lugares de esparcimiento capaces de introyectar el gusto por el saber, de fomentar vocaciones, donde son capaces de hacer suya la ciencia y sembrar el orgullo por su identidad.


Enhorabuena al Estado de Hidalgo.




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