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Glosario de una pandemia: entendiendo los términos

Las epidemias son fenómenos extremadamente complejos. Ser habitantes del Planeta Tierra en 2020 nos obliga a comprender el significado de los principales conceptos que definen el momento histórico que nos tocó lidiar. No por nada, términos como pandemia y coronavirus han sido los más consultados semana tras semana en el buscador de Google. Las circunstancias nos orillan a deber querer saber las definiciones que mueven el timón. Espero estas herramientas te sean de utilidad. Aquí un glosario salido de la ciencia que estudia la salud de la población; la epidemiología.


¿Qué es R0 y por qué es tan importante?

Conocido como el “número reproductivo básico”, el R0, (en ingles pronunciado R knot) se refiere al número promedio de personas que un individuo con el virus, puede contagiar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el nuevo coronavirus, el R0 oscila entre 1.4 y 2.5. Es decir, que una persona con coronavirus infecta en promedio a entre 1.4 y 2.5 personas más. Sin embargo, este número aún es prematuro; Europa reporta una R0 de 3.8; autores sugieren que el R0 debe ser mayor, de 5.7, indicando mayor contagiosidad. Claro que han habido extremos donde individuos con el virus, se aíslan a tiempo, y no contagian a nadie. Y también personas hipercontagiadoras, como la paciente número 31 de Corea del Sur, que pasó el virus a más de 1,000 personas. Los epidemiólogos argumentan, que la epidemia seguirá creciendo mientras el R0 sea mayor a 1. Es decir, si el R0 fuera 2, una persona infecta a dos, dos a cuatro, cuatro a ocho y ocho a dieciséis; el contagio se convierte en una epidemia, o pandemia, de crecimiento exponencial. Por lo contrario, si el R0 fuera menor a 1; si hipotéticamente fuera 0.5, entonces, dieciséis personas infectan a ocho, estas ocho a cuatro, cuatro a dos, que a su vez solo infectan a uno; desapareciendo por completo, frenando la propagación. Evidentemente, una R0 de 1 indica estabilidad, enfermedades que no crecen ni desaparecen. Existen enfermedades con R0 mayores a COVID-19, mucho más contagiosas; como la viruela, paperas y polio, y algunas de menos transmisión, como la influenza. Para calcular el R0 los epidemiólogos consideran múltiples factores, como el periodo de incubación, infectividad y el modo de transmisión de la enfermedad.


Medidas de intervención.

Para disminuir el R0 se aplican medidas no medicamentosas, como las de higiene y distanciamiento social; medidas de prevención, que serían las esperadas vacunas aún en etapas de elaboración y experimentación; o bien, tratamientos y curas, que están en periodo de prueba, teniendo ahora sólo tratamientos no curativos. Es importante recalcar que debido a que el nuevo coronavirus es completamente nuevo, tan solo hace 150 días el primer ser humano estuvo en contacto con él, aún no tenemos una medicina que lo cure por completo ni vacuna que lo prevenga. Por esto es la insistencia en mantener medidas no medicamentosas como el aislamiento; para disminuir la contagiosidad, tener un menor R0 que evite la saturación de los servicios limitados de salud, y ganar tiempo; con la esperanza de tener pronto remedios que nos permitan resolver la enfermedad, recuperar la confianza y regresar a la añorada “normalidad”.


No es lo mismo COVID-19 que SARS-CoV-2.

Importante diferenciar entre el virus y la enfermedad que ocasiona. El agente infeccioso, el nuevo coronavirus, fue nombrado, por el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV), el 11 de febrero de 2020 como Síndrome Respiratorio Severo Agudo de Coronavirus 2 (SARS-CoV-2) debido a que es un virus de la familia de coronavirus, CoV, que se parece al que en 2003 ocasionó la epidemia de SARS. Este nuevo coronavirus, ocasiona, en sólo el 40% de la gente infectada, la enfermedad nombrada por la OMS, como enfermedad de coronavirus (COVID-19). Importante hacer notar que todos los que se contagian del virus, tienen positivo el SARS-CoV-2, sin embargo la mayoría (60%) no presenta síntomas, no desarrolla la enfermedad COVID-19. Estas personas asintomáticas, aunque se sienten bien, pueden seguir diseminando el virus. Es por ello que el uso del tapabocas es tan esencial. No sabemos quien tiene el virus, debemos comportarnos, especialmente ahorita, como si todos lo tuviéramos; actuar responsablemente, y proteger al prójimo aunque nos sintamos bien.


No es lo mismo periodo de incubación que periodo de infectividad.

Cuando una persona se contagia del nuevo coronavirus, tarda cierto tiempo en comenzar a tener síntomas como tos, dolor de garganta, escalofríos, pérdida de olfato, del sentido del gusto, dificultad para respirar y/o calentura, para desarrollar la enfermedad de COVID-19. Este periodo, entre el momento de haber sido contagiado, y empezar a sentirse mal, es el periodo de incubación y aunque puede ser de 14 días, habitualmente es de 3-5 días. Por otro lado, el periodo de infectividad se refiere al tiempo en que la persona con el virus, pueden propagarlo; tenga o no síntomas, es decir, tenga COVID-19 o sea asintomático. Muy relevante hacer hincapié, que las personas que se contagian del coronavirus y no presentan ningún síntoma, también pueden contagiar a los demás. Para ellos, el periodo de infectividad es de 14 días, mientras que para quienes tienen COVID-19, es de 20 días y hasta 25 días. Por eso importante aislar por periodo de dos semanas a las personas sospechosas, declaradas positivas y obviamente las enfermas hasta que resuelven la infección.


No es lo mismo tasa de mortalidad que tasa de letalidad.

Escuchamos frecuentemente estos términos, incluso hay personas que los usan como sinónimos. Sin embargo no significan lo mismo. Describir cuántas personas han muerto con respecto a una población total se refiere a la tasa de mortalidad; qué tanto mata el virus a una población determinada. Por su parte, la relación entre cuántas personas han fallecido de los casos de enfermos confirmados es la tasa de letalidad; en otras personas, de las personas con COVID-19, cuánta fallece. Aún es prematuro tener estos datos, especialmente los de letalidad debido a que aún no tenemos con precisión el número de casos positivos de coronavirus. Usando los datos de la Universidad de Johns Hopkins para el 28 de abril, hay en total 3,061,521 casos confirmados a nivel global, con 212,083 muertos; por lo que la tasa de letalidad promedio mundial es de 6.9%. Países como Italia, tienen tasa de letalidad alta, de 13.5%, España de 10.3%, Estados Unidos de 5.7%, México de 9.2%, Israel de 1.3% y de los más bajos es Singapur, con 0.1%, donde muere una persona de cada 1,000 que contraen el virus.


No es lo mismo incidencia que prevalencia.

La incidencia se refiere al número de casos nuevos que adquieren la enfermedad en un periodo y población específica. Para México, en un día, la incidencia es actualmente de 852 casos nuevos del 26 al 27 de abril, una tasa de incidencia de 5.8%. Vamos en aumento. Por su parte, la prevalencia se refiere al número de casos totales existentes en una población en un momento determinado, es decir, la prevalencia es la suma de los casos previos y los casos nuevos que en México al día 27 de abril eran 15,529 casos totales acumulados reportados; que incluyen a los que tienen activa la enfermedad, los recuperados, los sospechosos y los fallecidos. Interesante mencionar que el famoso “aplanamiento de la curva” sucederá cuando la incidencia sea mínima, es decir, no hayan prácticamente nuevos casos día con día.


No es lo mismo ser susceptible que tener factor de riesgo.

Los susceptibles son aquellas personas, no infectadas, que podrían adquirir el virus. Para el coronavirus, prácticamente todos, excepto los tres millones de personas que ya fueron contagiadas, somos susceptibles a adquirir el virus. El factor de riesgo, es un atributo que hace que un grupo de personas presente mayor incidencia a la enfermedad. En el caso de coronavirus, se han descrito condiciones predisponentes que acentúan el riesgo, estas incluyen la diabetes, hipertensión, sobrepeso, EPOC y tener más de 65 años de edad.


Finalmente, qué dicen las gráficas acumulativas y qué las logarítmicas.

Los modelos de mapeo utilizan gráficas para entender el progreso de una enfermedad en la población. Existen dos tipos de gráficas que generalmente definen este avance, pero describen distintos mensajes. Las gráficas acumulativas, que habitualmente vemos en los medios de comunicación, contabilizan los casos acumulados día con día. En estas va creciendo cada vez la curva, porque cada día hay mas casos; eventualmente, cuando las medidas de distanciamiento hacen efecto, esta cuerva encuentra una meseta. Sin embargo, remontándonos a lo aprendido en la secundaria, te acordarás, que existen las gráficas logarítmicas; aquellas que visualizan el cambio, es decir, el crecimiento de casos día con día. Como ejemplo, en la gráfica acumulativa, el eje vertical llamado y, esta graduado progresivamente: 0, 5000, 10,000, 15,000, mientras que en la logarítmica, el aumento es exponencial, 1, 10, 100, 1,000, 10,000. Podrás observar en los esquemas de gráficas acumulativas para México de la Universidad de Johns Hopkins, cómo se describe un aumento diario de casos, y la curva sube dramáticamente; sin embargo, en la logarítmica, observamos que el ritmo de crecimiento es casi constante. En resumen, según los datos reportados por la Secretaría de Salud, los casos en México están en constante aumento, van incrementando a una velocidad aparentemente no muy acelerada.




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